Las flores del mal. Instalación Rosa Galindo y Manuel Granados

Los artistas Rosa Galindo y Manuel Granados homenajean a Baudelaire creando su personal versión de la Caverna de Platón: un espacio oscuro en el que sumergirse para dejarse emocionar / desconcertar por imágenes y sonidos que nos parecen ajenos y sin embargo están tan cerca.

Las flores del mal surgen al poner en relación las pinturas de Rosa Galindo y los vídeo arte de Manuel Granados; la convergencia de ambos ha originado una instalación inmersiva, una reconstrucción envolvente como un suceso más de la vida. Los ecos que se producen nos retrotraen a la Caverna de Platón, a ese lugar subterráneo y oscuro donde se vive relativamente seguro. Pero es sólo en apariencia, la realidad es que se atisban sombras o destellos de otro mundo. Según Platón, sólo el filósofo se atreve a salir de la zona de confort y observar lo que hay al otro lado de la entrada de la cueva, pero la información es confusa y contradictoria, generando conflictos en la comunidad.

Hoy día no podríamos decir que vivimos en la ignorancia. Navegamos en la era de la información y las nuevas tecnologías aplicadas a la comunicación. Y sin embargo, no dejamos de sentir que la realidad sigue estando velada a nuestros ojos e incomprensible a nuestro intelecto. Esta instalación pretende ser una llamada de atención sobre la tensión que se crea en la caverna, por ser, al mismo tiempo, refugio frente a lo desconocido y cárcel de la ignorancia que atrapa.

El espectador se halla rodeado de imágenes y sonidos que van apareciendo de forma azarosa y anárquica; la pretensión de ordenar racionalmente los fragmentos inconexos, que le fascinan y le aturden al mismo tiempo, es una batalla perdida de antemano. Ahí dentro se percibe el conflicto y el desacuerdo. Nos enfrentamos directamente con la colisión que producen el caos por la excesiva información, la oscuridad de la ignorancia y los destellos que podemos vislumbrar de conocimiento válido.

Cada artista aporta su visión personal del conflicto: Rosa desde un ángulo emocional y Manuel de una forma más racionalizada, complementándose y articulando una instalación que reclama un posicionamiento al espectador.